“Nada sucede a menos que primero sea un
sueño”
En un pequeño
taller de la vecina y querida localidad sevillana, referencia de la Semana
Santa como la conocemos, se está forjando el sueño de un grupo de jóvenes
movidos por la devoción a Dios y a su bendita madre, la Virgen María. Devoción
que vendrá a reflejar la advocación de María Santísima del Rocío en una ciudad
en la que hablar de Rocío no es hablar de cualquier cosa, es hablar de sueños,
promesas, camino y fe. Por tanto tenemos la difícil tarea de poner el listón a
la altura que las circunstancias necesitan.
Las manos de un
humilde imaginero serán las encargadas de dar forma a la más bella flor de la
Jara, barrio que recibirá con los brazos abierto a la madre de un “Caiído” que
vive huérfano esperando su llegada. Este momento es el anhelo de ese grupo de
hermanos que trabajan sin descanso para que su llegada cumplan las expectativas
que sus vecinos tienen depositadas en ella.
El camino a este
momento ha comenzado, las mañosas manos de Darío Fernández ya están dando forma
a la imagen que provoca el desvelo de unos jóvenes que impacientes y nerviosos
esperan que sus sueños se cumplan y poder venerar a sus titulares en nuestro
querido barrio de la Jara.
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